jueves, 30 de agosto de 2012

Educación Prohibida


Hoy en día, cuando la tecnología ha propiciado que gran parte de la comunicación se genere mediante dispositivos electrónicos, vale la pena reflexionar sobre los primeros momentos de de interacción humana… Es decir, desde que nacemos.
 
Hasta ahora, el proceso formal, o socialmente aceptable, es algo parecido a: nacemos y nos cuidan nuestros padres hasta que tenemos edad suficiente para ir a la guardería, al kínder, colegio, bachillerato, y finalmente la universidad… Y luego llega el momento de liberarse de largas horas sentados sin poder voltear, permisos para ir al baño, para hablar… Podemos dejar de guardar silencio y empezar a expresarnos!
 
Pero para ese entonces el ser humano ya está condicionado, moldeado a un programa escolar donde año a año aprendió las herramientas acorde a su edad y necesarias para sobrevivir en sociedad… O ¿no?
 
¡Pues no! Y Carlos González, pediatra y autor español, lo simplifica diciendo “podemos vivir sin saber logaritmos, pero no podemos vivir sin saber relacionarnos con otras personas...”
 
El tema es que la mayoría de nosotros no nos cuestionamos las prácticas escolares impartidas actualmente, basadas aún en el sistema educativo militar prusiano del Siglo XIX, caracterizado por ser un modelo conductista, en donde lo que importa es la predicción y control de la conducta.
 
Todo esto se explica en La Educación Prohibida, una película documental, que se estrenó a nivel mundial el pasado 13 de agosto en YouTube y salas independientes, que expone mediante más de 90 entrevistas a educadores, académicos, profesionales, autores, madres y padres, ubicados en 8 países de Iberoamérica, la necesidad latente del crecimiento y surgimiento de nuevas formas de educación.
 
En la proyección se demuestra que los niños tienen la habilidad de construirse a sí mismos, mediante juegos, explorando… Y que, por el contrario, las prácticas que se siguen concediendo “se consideran mayormente obsoletas y anacrónicas, pues no acompañan las necesidades del Siglo XXI.”
 
Proponen más bien un sistema holístico, realmente integrador, en el que la naturaleza del aprendizaje, la libertad de elección, y la importancia del amor y los vínculos humanos en el desarrollo individual y colectivo resultan protagonistas para formar seres equilibrados.
 
Distribuida en 10 capítulos, el largometraje cuenta con una representación actuada que encarna los roles escolares y que sirve de hilo conductor a las entrevistas, acompañadas de coloridas animaciones y gráficos descriptivos.
 
La Educación Prohibida es un proyecto independiente, en el que apoyaron financieramente  704 coproductores. El mismo está dado por inconcluso, pues se considera debe ser una información en constante evolución. De igual forma, “se permite y alienta la copia, modificación, adaptación, traducción y exhibición pública… siempre que no existan fines de lucro y se mantengan las mismas condiciones.”


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